Roberto ‘BOBBY’ Alonso FARRELL
El actor de los escenarios
La vida de Bobby Farrell (1949) tiene todos los componentes necesarios para que, tras su muerte, el antillano sea convertido en icono de la música disco. Al éxito musical con el grupo Boney M hay que sumarle multitud de escándalos, conflictos con su agente y revelaciones que decepcionarían a los seguidores del grupo.
Farrell fue elegido por Frank Farian para ser el actor de un single que el productor estaba preparando con Boney M, grupo que todavía era solo una idea de Farian. El éxito conseguido por los movimientos de Farrell fue tal, que la formación se formó de forma seria y fue acumulando éxitos en las listas de ventas.
Canciones como “Daddy Cool”,“Rivers of Babylon”, “Ma Baker” o “El Lute” (dedicada al que ellos consideraban un “Robin Hood español”) son ya clásicos de la música disco, junto a las interpretaciones de un Bobby Farrell del que ya se sabía que cantaba poco o nada en los directos.
Sin embargo, la noria de la fama bajó y comenzaron los problemas típicos de casi todas las bandas de éxito. Conflcitos la distribución del dinero (el manager Farian se quedaba con casi todas las ganancias), competiciones de egos y disolución del grupo en 1989. Aún así, el nombre Boney M fue adoptado por los distintos miembros del grupo, que siguieron dando espectáculos por separado en todo el mundo.
Uno de los que peor llevó la disolución fue Farrell. El antillano no tenía prácticamente recursos para vivir y en 1994 fue condenado por intentar quemar a su esposa. Sin embargo, la nueva unificación del grupo le dio un respiro y rememoró el éxito de una formación que ha sido la única, junto con Los Beatles, que ha contado con dos canciones en los diez primeros puestos del ránking de ventas en el Reino Unido.
Farrell fue encontrado muerto el pasado 30 de diciembre en un hotel de San Petesburgo, donde había actuado la noche anterior. La autopsia parece descartar la teoría del suicidio y apunta que el antillano tenía una enfermedad coronaria. Por eso, se puede decir que cumplió con su deseo de “bailar y sudar hasta que muera”, como confesó en una entrevista.
Fuentes:
El País, viernes 31 de diciembre, página 51





