lunes, 27 de diciembre de 2010

GERALDINE DOYLE




GERALDINE DOYLE

Imagen de la mujer americana en tiempos de guerra

En 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, Geraldine Doyle (1927) era una mujer anónima que trabajaba como obrera en una fábrica de acero de Michigan. Sin embargo, algo especial debió ver en ella el artista J. Howard Miller para convertirla en icono; el de la mujer estadounidense que debía levantar el país mientras su marido luchaba contra la amenaza nazi.

Unida al lema We can do it! (¡Podemos hacerlo!), la figura fue bautizada como ‘Rosie la Remachadora’, que era el nombre de pila de la joven a la que se le hizo un extenso reportaje fotográfico poco antes. La caricatura de Geraldine Doyle fue ya una constante en lo que quedaba de guerra y más tarde hizo también aparición para reivindicar la emancipación femenina. Dejando a un lado la ideología que abanderase, la mirada de Rosie, o Geraldine, transmite a cualquiera que la vea seguridad, algo que recalca con su gesto desafiante.

Sin embargo,  la ficción en este caso superó a la realidad. Geraldine Doyle sólo trabajó en esa fábrica dos semanas y dejó el empleo cuando se enteró de que a la mujer a la que sustituía le había aplastado la mano una máquina. Ella, como violonchelista, no podía permitirse una lesión así, por lo que trabajó posteriormente como librera y gerente de la consulta de su marido, con el que tuvo seis hijos.

Llevó una vida normal, sin conocer hasta los años ochenta que ella misma era la imagen que había servido de modelo a millones de norteamericanas. “Sólo me hubiera gustado saber que era yo unos cuántos años antes", solía declarar cuando se le preguntaba por el tema antes de fallecer.


Fuentes:


http://curistoria.blogspot.com/2008/10/rosie-la-remachadora-o-riveter.html

miércoles, 22 de diciembre de 2010

ENZO BEARZOT



ENZO BEARZOT

El psicólogo que acabó con la sequía futbolística italiana

Vicenzo Bearzot (1927) es uno de esos hombres de fútbol que rinden más como entrenador que como jugador. Con una discreta carrera vestido de corto, el de Udine cogió a la selección azzurra en un momento muy bajo y fue capaz de coronarla como mejor equipo del mundo.

Desde 1975 al frente de la selección, Bearzot es el entrenador con más partidos en el banquillo italiano, 104 en once años. Su buena dirección en el Mundial de 1978, en el que llevó a Italia a las semifinales, le sirvió para prorrogar su estancia hasta 1982, ya que era el máximo exponente de una de las generaciones de jóvenes italianos más talentosas en mucho tiempo.

Con Paolo Rossi como su jugador más importante, Italia tenía en Bearzot a un psicólogo y amigo de los futbolistas más que a un estratega. El capitán de la plantilla, el portero Dino Zoff, recalca de él su “honestidad cristalina”, mientras que Rossi le recuerda como “un padre para todos”. Tuve que ejercer como tal durante el silencio que impuso a sus jugadores en el Mundial de España de 1982, cuando la plantilla estaba en guerra con la prensa. El sistema dio resultado, ya que Italia consiguió la Copa del Mundo tras vencer por 3-1 a la Alemania Federal.

Aunque su siguiente experiencia mundialista distó mucho de repetir éxitos (Italia cayó en octavos de final), Bearzot siempre será recordado por ser el hombre que consiguió, tras 44 años, acabar con la sequía de títulos de la selección italiana, que se extendía desde 1938. 


Fuentes:


domingo, 19 de diciembre de 2010

CELIA VON BISMARCK


CELIA VON BISMARCK

La segunda esposa del heredero no pudo con lo inevitable

Celia Demaurex (1971), el apellido de soltera que llevaba la condesa por honor a su madre, Romy Demaurex, no aguantó dos meses con vida desde la metástasis terminal pronosticada por los médicos.

Fue a partir de su divorcio con el heredero Carl-Eduard Von Bismarck, con el que se casó en el 1997 y divorció en 2004, cuando se empezó a conocer con más detalle la personalidad de la condesa. Se afincó en Berlín y recuperó amistades de la infancia. Demaurex participaba con frecuencia en las organizaciones humanitarias y era embajadora de la Cruz Roja suiza.

Su carácter bondadoso le impidió comunicarle su enfermedad a incluso sus mejores amistades, como la autora alemana Beate Wedekind. “Siempre tuvo ese halo de seriedad que solamente rodea a las personas que se han ocupado intensamente de su formación espiritual”.

La metástasis que padecía la duquesa era de difícil solución. En la mayor parte de los casos, cuando están expandidas en varios lugares del organismo en el momento de su diagnóstico, no queda más que esperar el fatídico momento final. Éste fue el caso de Celia Demareux, que se despidió de su última aparición pública, en una gala para recaudar fondos, con el sencillo ciao habitual que la caracterizaba.

Fuentes:

El Mundo, sábado 8 de enero de 2011. Página 18.